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-La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.-José Ortega y Gasset.

martes, 25 de octubre de 2016

Años de oro (soneto) un cuento para y con mi reflexión.










          Años de oro
Parece que el ayer, está allí cerca.
 reciente diminuto, encanto vivo
su voz en la pradera, yo cultivo
parece que fue ayer, en hora terca

Que en fuga da jirones como tuerca, 
el tiempo ya perdido , fugitivo,
la piel horneó, curso evolutivo
sus huellas, pliega rayas, que si alterca

 lo joven  contenido, así en alberca
revive,  aguarda,    oculto en intensivo,
redime su experiencia, aporte  acerca

Añejo como vino, es curativo
un río y una caña, extrae perca
es hora de descanso recreativo.
Nélida Moni



Un cuento para amar y comprender a los abuelos

Abuelos contra marcianos
La humanidad se jugaba su futuro en un gran partido de fútbol. Era la última oportunidad que nos habían dado los marcianos antes de exterminarnos. Solo unos pocos equipos formados por los mejores jugadores de los mejores clubs del mundo se ofrecieron a salvarnos. Bueno, esos, y un equipo de abueletes, tan viejecitos y despistados que ni ellos mismos sabían cómo habían acabado apuntados en la lista. Y como suele pasar con estas cosas, fue el equipo que salió elegido en el sorteo.

De nada sirvieron las quejas de los gobernantes, las manifestaciones por todo el mundo o las amenazas. Los marcianos fueron tajantes: el sorteo fue justo, los abuelos jugarían el partido, y su única ventaja sería poder elegir dónde y cuándo.

Todos odiaban a aquellos abuelos viejos, despistados y entrometidos, y nadie quiso prepararlos ni entrenar con ellos. Solo sus nietos disculpaban su error y los seguían queriendo y acompañando, así que su único entrenamiento consistió en reunirse en corro con ellos para escuchar una y otra vez sus viejas historias y aventuras. Después de todo, aquellas historias les encantaban a los chicos, aunque les parecía imposible que fueran verdad viendo lo arrugados y débiles que estaban sus abuelos.

Solo cuando los marcianos vinieron a acordar el sitio y el lugar, el pequeño Pablo, el nieto de uno de ellos, tuvo una idea:

- Jugaremos en Maracaná. Mi abuelo siempre habla de ese estadio. Y lo haremos en 1960.

- ¿En 1960? ¡Pero eso fue hace más de 50 años! - replicaron los marcianos.

- ¿Vais a invadir la tierra y no tenéis máquinas del tiempo?

- ¡Claro que las tenemos! - dijeron ofendidos. - Mañana mismo haremos el viaje en el tiempo y se jugará el partido. Y todos podrán verlo por televisión.

Al día siguiente se reunieron los equipos en Maracaná. A la máquina del tiempo subieron los fuertes y poderosos marcianos, y un grupito de torpes ancianos. Pero según pasaban los años hacia atrás, los marcianos se hacían pequeños y débiles, volviéndose niños, mientras a los abuelos les crecía el pelo, perdían las arrugas, y se volvían jóvenes y fuertes. Ahora sí se les veía totalmente capaces de hacer todas las hazañas que contaban a sus nietos en sus historias de abueletes.

Por supuesto, aquellos abuelos sabios con sus antiguos y fuertes cuerpos dieron una gran exhibición y aplastaron al grupo de niños marcianos sin dificultad, entre los aplausos y vítores del público. Cuando volvieron al presente, recuperaron su aspecto arrugado, despistado y torpe, pero nadie se burló de ellos, ni los llamó viejos. En vez de eso los trataron como auténticos héroes. Y muchos se juntaban cada día para escuchar sus historias porque todos, hasta los más burlones, sabían que incluso el viejecito más arrugado había sido capaz de las mejores hazañas.
 Pedro Sacristan

Reflexión

Me encanta pensar que la edad por más avanzada, siempre es sabiduría…
Y siempre me pregunto qué pasa con los jóvenes, que son intolerantes,
Lejos de ayudar van en detrimento de sus antecesores, que los cuidaron
Y apostaron por ellos y para ellos.
Espero les guste
Acopio, organización 
autor: Nélida Moni


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