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-La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.-José Ortega y Gasset.

sábado, 30 de agosto de 2014

Canción de otoño en primavera Autor: Rubén Darío




          


Canción de otoño en primavera
   Rubén Darío



Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Plural ha sido la celeste 
historia de mi corazón. 
Era una dulce niña, en este 
mundo de duelo y de aflicción. 

Miraba como el alba pura; 
sonreía como una flor. 
Era su cabellera obscura 
hecha de noche y de dolor. 

Yo era tímido como un niño. 
Ella, naturalmente, fue, 
para mi amor hecho de armiño, 
Herodías y Salomé... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Y más consoladora y más 
halagadora y expresiva, 
la otra fue más sensitiva 
cual no pensé encontrar jamás. 

Pues a su continua ternura 
una pasión violenta unía. 
En un peplo de gasa pura 
una bacante se envolvía... 

En sus brazos tomó mi ensueño 
y lo arrulló como a un bebé... 
Y te mató, triste y pequeño, 
falto de luz, falto de fe... 

Juventud, divino tesoro, 
¡te fuiste para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Otra juzgó que era mi boca 
el estuche de su pasión; 
y que me roería, loca, 
con sus dientes el corazón. 

Poniendo en un amor de exceso 
la mira de su voluntad, 
mientras eran abrazo y beso 
síntesis de la eternidad; 

y de nuestra carne ligera 
imaginar siempre un Edén, 
sin pensar que la Primavera 
y la carne acaban también... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer. 

¡Y las demás! En tantos climas, 
en tantas tierras siempre son, 
si no pretextos de mis rimas 
fantasmas de mi corazón. 

En vano busqué a la princesa 
que estaba triste de esperar. 

La vida es dura. Amarga y pesa. 
¡Ya no hay princesa que cantar! 



Mas a pesar del tiempo terco, 
mi sed de amor no tiene fin; 
con el cabello gris, me acerco 
a los rosales del jardín... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 
¡Mas es mía el Alba de oro!

lunes, 11 de agosto de 2014




 Aprende a vivir





                    
APRENDER A VIVIR
Aprende a mantenerte a ti mismo para que puedas mantener a otra persona.
 
Aprende a jugar contigo para que puedas jugar con los demás.
 
Aprende a darte tiempo para que puedas dar tiempo a los otros.
 
Aprende a ser feliz contigo mismo para que puedas dar felicidad.
 
Aprende a sonreír para que puedas ofrecer alegría.
 
Aprende a perdonarte a ti mismo para que seas capaz de perdonar.
 
Aprende a aprender para que puedas enseñar.
 
Aprende a pensar y harás pensar a los demás.
 
Aprende a ser amable contigo y darás amabilidad.
 
Aprende a ser generoso con tu persona y derramarás generosidad.
 
Aprende a cuidarte y cuidarás a los que amas.
 
Aprende a hacer el bien y trascenderás.
 
Aprende a amarte a ti mismo y podrás amar.


Así los Líderes de Excelencia saben que poseen el más valioso de todos los maestros dentro de ellos mismos y están conscientes que "Nadie puede dar lo que no posee", y cumplen con una premisa fundamental en el arte de dirigir "jamás pedir a un subordinado lo que ellos mismos no son capaces de hacer", manejan una atención consciente de cada una de sus acciones y son los más exigentes con ellos mismos.
Miguel Ángel Cornejo