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-La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.-José Ortega y Gasset.

jueves, 19 de febrero de 2015




   







                                      Interesante Acertijo



Adrián Arnoldo Paenza (n. Buenos Aires, 9 de mayo de 1949) es un periodista y doctor en ciencias matemáticas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA).

Nació en Buenos Aires en 1949. Es doctor en Matemáticas por la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeña actualmente como profesor asociado del Departamento de Matemática de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Es, además, periodista. En la actualidad conduce los ciclos Científicos Industria Argentina –que ya está en su octava temporada y ha recibido el Martín Fierro al mejor programa periodístico en diversas ocasiones–.Trabajó en las radios más importantes y en los cinco canales de aire de la Argentina. Fue redactor especial de varias revistas y colaborador en tres diarios nacionales: Clarín, Página/12 y La Nación. Actualmente es columnista especial de Página/12. Publicó en esta misma colección [Ciencia que ladra] los cuatro tomos iniciales de la serie Matemática… ¿estás ahí?, que han sido un éxito de ventas en la Argentina, en otros países de Latinoamérica y también en Alemania y España, donde se han editado los dos primeros episodios. Asimismo, sus libros han sido publicados (o lo serán próximamente) en Rusia, Italia, República Checa, Brasil y Portugal. En 2007 recibió el premio Konex de platino en el rubro “Divulgación científica”." En 2014 recibió el Premio Lilavati del ICM por su labor en la divulgación de las matemáticas.1 
Fuente:.wikipedia



Fuente: Luis Castellanos
  (por Adrián Paenza)
Quiero aclarar de entrada que no hay trampas, no hay cosas escondidas, todo está a la vista.

Algo más: si no conoce el ejemplo, permítame una sugerencia. Trate de pensarlo solo porque vale la pena, en particular, porque demuestra que lo que usted cree sobre usted mismo a lo mejor no es tan cierto. O, en todo caso, es incompleto.


Antonio, padre de Roberto, un niño de 8 años, sale manejando desde su casa en la Capital Federal y se dirige rumbo a Mar del Plata. Roberto, va con él. En el camino se produce un terrible accidente. Un camión, que venía de frente, se sale de su sector de la autopista y embiste de frente al auto de Antonio.

El impacto mata instantáneamente a Antonio, pero Roberto sigue con vida. Una ambulancia de la Municipalidad de Dolores llega casi de inmediato, advertida por quienes fueron ocasionales testigos, y el niño es trasladado al Hospital.

No bien llega, los médicos de guardia comienzan a tratar al chico con mucha dedicación pero, luego de charlar entre ellos y estabilizarle las condiciones vitales, deciden que no pueden resolver el problema de Roberto. Necesitan consultar con especialistas. Además, advierten el riesgo de trasladar al niño y, por eso, deciden dejarlo internado allí, en Dolores.

Luego de las averiguaciones pertinentes, se comunican con el Hospital de Niños de la Capital Federal y, finalmente, conversan con una eminencia en el tema a quien ponen en autos de lo ocurrido. Como todos concuerdan que lo mejor es dejarlo a Roberto en Dolores, la eminencia decide viajar directamente desde Buenos Aires hacia allá para revisar al paciente. Y lo hace. Los médicos del lugar le presentan el caso y esperan ansiosos su opinión.

Finalmente, uno de médicos es el primero en hablar: -¿Está usted en condiciones de tratar al chico?, pregunta con un hilo de voz. Y obtiene la siguiente respuesta: -¡Cómo no lo voy a tratar si es mi hijo!


Bien, hasta aquí, la historia. Está en usted el tratar de pensar una manera de que tenga sentido. Le insisto en que no hay trampas, no hay nada oculto. Y antes de que lea la solución, quiero agregar algunos datos:

                        a) Antonio no era el padrastro.

b) Antonio no era cura.


Ahora sí, lo dejo a usted y su imaginación. Eso sí, le sugiero que lea otra vez la descripción del problema y, créame, es muy, muy sencillo.

SOLUCIÓN MÁS ABAJO

EVITE LEERLA HASTA INTENTAR SOLUCIONAR

Solución

Lo notable de este problema es lo sencillo de la respuesta. Peor aún: no bien la lea, si es que usted no pudo resolverlo, se va a dar la cabeza contra la pared pensando, ¿cómo puede ser posible que no se me hubiera ocurrido?

La solución  es que la eminencia de la que se habla, sea la madre.

Este punto es clave en toda la discusión del problema. Como se advierte (si quiere vuelva y relea todo), nunca se hace mención al sexo de la eminencia. En ninguna parte. Pero nosotros tenemos tan internalizado que las eminencias tienen que ser hombres que no podemos pensarla mujer.

Y esto va mucho más allá de que, puestos ante la disyuntiva explícita de decidir si una eminencia puede o no puede ser una mujer, creo que ninguno de nosotros dudaría en aceptar la posibilidad tanto en una mujer como en un hombre. Sin embargo, en este caso, falla. No siempre se obtiene esa respuesta. Más aún: hay muchas mujeres que no pueden resolver el problema y cuando conocen la solución se sienten atrapadas por la misma conducta machista que condenan.



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