¡Tus trovas dejan profundos rastros...
Son arroyuelos y ruiseñores:
aves que trinan entre los astros
y ondas que cantan entre las flores!
¡Nada conozco que inspire tanto
como tus versos blondos y suaves,
en que producen divino encanto
flores y astros, ondas y aves!
Pero la perla yace en las simas
y la violeta bajo las frondas...
¡Cuán pocos saben que hay en tus rimas
astros y flores, aves y ondas!
¡Rompe las nieblas que te circundan
y sé la envidia de tus cantores,
y en tierra y cielo vibren y cundan
aves y astros, ondas y flores!
¡Muestre tu numen, cual luz disuelta,
todos sus tonos: ya no lo escondas!
¡Canse los ecos tu voz, que suelta
astros y aves, flores y ondas!
¡Llena estas hojas como alabastros,
con tus arpegios arrolladores:
aves que trinan entre los astros
y ondas que cantan entre las flores!
Poeta mexicano nacido Veracruz en 1853.
Desde muy temprana edad se inició en el oficio de periodista, siguiendo los pasos de su padre quien siempre
estuvo vinculado a la política. Muy pronto empezó a leer las páginas de los clásicos grecolatinos, de escritores
contemporáneos, particularmente mexicanos, españoles y franceses.
Es considerado como uno de los precursores del modernismo de la poesía mexicana. Autor de una vasta obra,
muchos de sus poemas sólo fueron publicados en el «Diario Comercial» y nunca se editaron.
De sus poemarios se destacan: «Lascas» y «La mujer de nieve».
Tras un largo exilio por motivos políticos, regresó a México donde falleció en 1928
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