Los ángeles no están permitidos
Unos ojos tan profundos
son torbellino verde
detenerse, en el
cielo, descubrir tu
alma de gacela o cisne blanco
Que se cierne en tibia entrega
en párpadeo velado, de piel
nácar fundido, entre el rocío
de la noche, y la cúpula cristal
Los ángeles no están permitidos
No-
Las manos perfectas, son alas
De mariposas de roces suaves
Así las caricias etéreas, luminosas
cual pliego de susurros, un
arrullo,
evocan plañidos de campanas
Te recordaré siempre,
Pues los ángeles no están permitidos…
ni en la tierra, ni en las entrañas
marinas, ni en la tierna azul amanecida,
del lecho aromado por violetas.
Una visión de enero, diluida por
la sed de perfección,
envuelto
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