con toques dorados, nacida entre helechos, y
seres alados, pintada de nácar, y satinada en plata.
brilla
intensamente y es tan cristalina, que luce al sol y espeja la luna
y así, la he hallado, tiene ese esplendor de
verdes tallados,
no debo tocarla, porque al sólo roce mi mano la
cuaja.
Fui testigo, me digo, mañana, tendré otra…
Nélida Moni
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