Peripecias de
Juan, el pescador
Una bella cascada, aguas que caen y ondulan,
canto al oído, del
propio rumor, que se desprende
saltos, saltos, fiel,
hasta que juntitas circulan,
vienen otras, con ellas,
unos peces se prenden.
Clara, se va tornando marrón, allí circulan,
barro que arrastra el
lecho en río, que lo comprende,
plantas forman islitas, con ellas se vinculan.
Juan, observa, está más
que feliz, de eso, él entiende
Siente que es parte, sol y agua, en su piel se acumulan,
pesca, anda la
orilla, su costa él, la defiende ,
forma de vida, dice,
feliz, no se atribula.
Gran respeto a los causes, su fuerza lo trasciende,
Orillando va Juan, con el bote que tripula,
Bueno, su día, pesca para sí, da,no vende.
Nélida Beatriz
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