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-La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.-José Ortega y Gasset.

sábado, 30 de enero de 2016











                    Carta a Usted

Según dicen, ya usted tiene otro amante.
Lástima que la prisa nunca sea elegante.

Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa,
se resigne a ser viuda, sin haber sido esposa.

Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas sus goces y su lecho.

Pero el amor señora, cuando llega el olvido,
también tiene el derecho, de un final distinguido.

Perdón... Si es que la hiere mi reproche... Perdón
aunque sé que la herida no es en el corazón.

Y para perdonarme... Piense si hay más despecho
que en lo que yo le digo, que en lo que usted ha hecho.

Pues sepa que una dama, con la espalda desnuda
sin luto, en una fiesta, puede ser una viuda.

Pero no como tantas de un difunto señor,
sino para ella sola, viuda de un gran amor.

Y nuestro amor recuerdo, fue un amor diferente,
al menos al principio, ya no, naturalmente.

Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.

Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o algo que no importa.

O acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía un ensueño y... y usted una aventura.

Sí... usted juró cien veces, ser para siempre mía
yo besaba sus labios pero no lo creía.

Usted sabe y perdóneme, que en ese juramento,
influye demasiado la dirección del viento.

Por eso no me extraña que ya tenga otro amante,
a quien quizás, le jure lo mismo, en este instante.

Y como usted señora, ya aprendió a ser infiel,
a mí así de repente, me da pena por él.

Sí, es cierto... alguna noche su puerta estuvo abierta
y yo en otra ventana me olvidé de su puerta.

O una tarde de lluvia se iluminó mi vida,
mirándome en los ojos de una desconocida.

Y también es posible, que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.

Sin embargo señora... Yo con sed o sin sed,
nunca pensaba en otra... si la besaba a usted.

Perdóneme de nuevo si le digo estas cosas;
pero ni los rosales dan solamente rosas.

Y no digo estas cosas, por usted, ni por mí,
sino por... por los amores que terminan así.

Pero vea señora... que diferencia había;
entre usted que lloraba... y yo que sonreía.

Pues nuestro amor concluye con finales diversos
usted besando a otro... Yo escribiendo estos versos.

                         José Angel Buesa




lunes, 25 de enero de 2016

Infiel- Mis poemas
















usted que juró
amarme
Si a usted que
me robó suspiros,
A usted que se
pegó a mi piel,
que le es fácil
olvidarme
A usted, que
iluminó mis días 
y sediento bebió,
todo mi aire
A usted, le digo
que siendo amante,
tal juramento,
falló el mismo día
Yo lamento y cierta
pena  siento,
por aquella otra,
a quien hoy le está
mintiendo
Pero vea, acaso
de estos amores,
la suerte corre,
como corre el viento
Mientras usted besa
tantas bocas, yo
estoy borrando
cada uno de sus besos.
Nélida 

lunes, 18 de enero de 2016

¿CÓMO SERÉ?













¿CÓMO SERÉ?

¿Cómo seré cuando
mis cabellos,
dejen su tono natural
y luzcan matices
cenicientos ?

¿Cómo seré, cuando
mi estructura, modifique
su andar, volviéndolos
más lentos, con menos aliento,
entorpeciendo mi movimiento?


¿Cómo seré? Será,
lo que deba ser.
Me iré mudando,
de a un cuerpo a la vez,
de piel a piel.

¿Seguirás mis cambios?
A pesar de las
mutaciones que
harán de esta
mujer, otra mujer


¿Y de los tiempos
idos, recordaré
la vaga idea, de un amor
que trunca al tiempo,
y lo embiste en su premura?


De mi vista opaca,
de eso …la seguridad
se apiada… la fidelidad
a ti, en mi mirada cansada,
seguirá tus pasos
  ...   Vayas dónde vayas...

Autor
Nélida Moni





domingo, 17 de enero de 2016

Cuando tu duermes











Cuando tú duermes
pones los pies muy juntos,
alta la cara y ladeada, y cruzas
y alzas las rodillas, no astutas todavía;
la mano silenciosa en la mejilla izquierda
y la mano derecha en el hombro que es puerta
y oración no maldita.

Qué cuerpo tan querido,
junto al dolor lascivo de su sueño,
con su inocencia y su libertad,
como recién llovido.

Ahora que estás durmiendo
y la mañana de la almohada,
el oleaje de las sábanas,
me dan camino a la contemplación,
no al sueño, pon, pon tus dedos
en los labios,
y el pulgar en la sien,
como ahora. Y déjame que ande
lo que estoy viendo y amo: tu manera
de dormir, casi niña,
y tu respiración tan limpia que es suspiro
y llega casi al beso.

Te estoy acompañando. Despiértate. Es de día.



Claudio Rodríguez

(Zamora, 1934 - Madrid, 1999) Poeta español. Perteneciente a la Generación del 50, su poesía, caracterizada por su originalidad expresiva y su intenso lirismo, tiene en común con la de otros poetas de su momento el uso de un lenguaje coloquial y cierta tendencia al realismo; según palabras de su compañero de generación, José Hierro, es "la realidad misma con magia, ya que transforma los objetos cotidianos en símbolos trascendentes". Su lírica intimista, marcada por la meditación en torno a la naturaleza y el paisaje castellanos, permaneció ajena a las modas y a los movimientos literarios. Publicó su primer libro, Don de la ebriedad (1953), cuando tenía 19 años; vinieron luego Conjuros (1958), Alianza y condena (1965), El vuelo de la celebración (1976) y Casi una leyenda (1991). Esta corta producción (un total de cinco libros escritos con largos intervalos entre uno y otro) resulta de una significativa trascendencia, ya que han sido constantemente reeditados y le valieron a su autor un sillón en la Real Academia Española, y numerosos premios, entre ellos el Príncipe de Asturias de las Letras.

jueves, 14 de enero de 2016

Libre te quiero















Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.

Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.

Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.

Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
se despereza,
pero no mía.

Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

AGUSTÍN GARCÍA CALVO


Agustín García Calvo

(Zamora, 1926) Filólogo y filósofo español. Fue depuesto de su cátedra de latín en la Universidad de Madrid durante el franquismo (1965-1977). Es autor, entre otras obras, de los libros de poemas Sermón de ser y de no ser (1972), Del tren (1976),Libro de conjuros (1979), Relato de amor (1980), Valorio 42 veces (1986) y Más canciones y soliloquios (1988), y de los ensayos LaliaEnsayos de estudio lingüístico de la sociedad (1973), El ritmo del lenguaje (1975), ¿Qué es el estado?(1977), Historia contra tradición (1983), Hablando de lo que habla. Estudios de lenguaje (1990, premio Nacional de Ensayo) y Noticias de abajo (1991). En 1999 se le concedió el premio Nacional de Literatura Dramática.
Cita:Biblioteca en línea